domingo, agosto 13, 2006

Don Guri contra El Moho

Superman y Lex Luthor, Tom y Jerry, Harry Potter y Voldemort, Don Guri y el Moho...

El verano de Tokio es caluroso y húmedo-que-te-cagas.
En España tampoco nos quedamos cortos de calor, así que a sudar ya estaba acostumbrado. Pero aquí, uno termina hasta el moño de que la ropa no se seque y coja olor a humedad, de que los papeles se comben y del calor tannnnn pegajoso.
El mes de junio y la mitad de julio es la época de las lluvias. La combinación de calor plastoso veraniego y de un día lloviendo y otro también da lugar a los más variados fenómenos (todos hostiles para el ser humano). En este post voy a tratar sobre uno de los más insidiosos: el moho.

El moho aparece en cualquier lugar y en cualquier momento. Hay toda una subcultura y una amplia gama de productos para luchar contra él. Pero es un bicho tenaz que, como al resfriado, se le puede combatir pero jamás erradicar.
El otro día me di cuenta de uno que había aparecido, silenciosamente, en un cacharro de mi cocina.

“Me gusta esta casa. Creo que fundaré aquí mi dinastía”.

En un principio tenía dos alternativas: comprar un producto anti-moho, o dejarlo a su bola.
El primer método implicaba ir hasta la tienda, buscar el producto, comprarlo, volver a casa, leer las intrucciones de uso, aplicarlo, esperar el resultado... Mu cansao.
El segundo método era más sencillo, pero tenía sus riesgos: el moho podría envalentonarse, expandirse hasta ocupar la casa y echarme a la calle.
Así que opté por probar una tercera vía: el diálogo.

- Señor Moho –comencé. Le llamo de usted. Un moho cabreado puede ser un peligroso enemigo, así que prefiero respetarlo-. ¿No sabe que es de mala educación estar en casa ajena sin haber sido invitado?
- Mira, Don –él me tutea. Evidentemente, sabe quién tiene la sartén por el mango-. Yo no he pedido venir a este mundo, pero aquí estoy. Salí en tu cocina, y por tanto esta es también mi casa.
- Pero hombre –intenté razonar-. Con lo ancho que es el mundo, ya podía irse a un sitio donde no molestara. Por ejemplo, a la casa de mi vecino.
- Imposible. Tu vecino usa productos limpiadores y repelentes de moho.
“¡Qué jodío!”, pensé.

- O sea –le dije con tono culpabilizante-, que como yo no soy un asesino de mohos, tengo que soportar que ustedes los mohos abusen de mí y campen por mi casa.
- Así es la vida.
- Entonces yo también usaré esos productos químicos. Yo de usted me iría antes de que sea demasiado tarde.
- Don, Don... Nací y crecí en tu casa. Te conozco desde que tengo uso de razón. Sé que eres demasiado vago para hacer eso. Te aguantarás en silenciosa ira, temiendo que si te enfrentas a mí, podría envalentonarme, expandirme hasta ocupar toda la casa y echarte a la calle.

El joputa me tenía calado. Además, su lógica era superior a la mía. Intenté un último recurso: la negociación.
- Bueno, mire. Hagamos un trato. Yo le dejo quedarse, pero usted no se apodera del piso.
- No puedo asegurarte nada.
- Al menos, prométame que no se reproducirá por el asiento del retrete.
- Vale. Pero sólo si me sacrificas un carnero a la semana.
- ¡Trato hecho!
Je,je. Lo conseguí. A cambio de esa promesa insignificante, lo tengo controlado.

Una pelea en Tokio no es una pelea si los contrincantes no se convierten en monstruos o robots gigantes.

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7 Comments:

At 8:36 p. m., Blogger Misia said...

En México se comen la especie de moho que sale en las mazorcas de maiz (huitlacoche) y lo consideran una delicia.

Amenaza a tu moho japonés con comértelo como se expanda más. No le puedes decir que lo vas a meter en una quesadilla: es japonés. Pero dile que quedaría riquísimo en un maki de esos. A ver si con este argumento razona.

Si no razona: exterminio YAAAA.

 
At 11:21 a. m., Blogger Fuanito-san said...

JAJA. Tio, es uno de los post mas bueno sobre Japon que he visto en mucho tiempo. Te vas superando.

A ver si yo tambien hago algo (si me dejan), que tengo el blog mu dejao.

 
At 1:06 p. m., Blogger Don Guri said...

Misia: Buena sugerencia, esa. Claro que yo no sería capaz de comérmelo realmente. Pero si encuentro un mexicano amable que se preste a venir a mi casa...

Fuanito-san: Venga, tío, que estos japoneses ya van necesitando que les den caña como sólo tú sabes.

 
At 6:31 a. m., Anonymous Anónimo said...

Pues sí, coincido con Fuanito-san en que tus posts van "in crescendo". Aquí me tienes soltando carcajadas cuando llegan las frases magistrales como la de no expandirse por el asiento del retrete.

Y entrando en el tema del post en cuestión, ¿allí no se respeta eso de que el moho crezca sólo por el lado que da al norte? ¿o eso era del musgo? ¿ah, pero no son familia?

 
At 9:14 p. m., Blogger Don Guri said...

¡Hombre, Francis! Me alegro de tenerte de vuelta.
Lo del lado norte creo que era el musgo. Con este sí me llevo bien.

 
At 12:31 p. m., Anonymous Anónimo said...

Otra nueva fan del blog... si me preguntas porqué "si, he leído en profundidad todos los posts que has escrito y creo que el contenido del blog es tremendamente enriquecedor para el intelecto" si no me preguntas porqué "porque el blog es ocurrente, divertido y tiene dibujos de mechas :D_"

;)

La verdad es que he llegado a ti por el Wiki de Kirai, que tenía puestos los enlaces de la gente viviendo en Japón. Yo también tengo un blog y yo también vivo en Japón(según las estadísticas de Mauro Entrialgo debería tener 1,3 pero se ve que en mi caso redondeé los decimales), en Tokyo concretamente (también).

En fin, que me he reído un buen rato con los posts de la Estrella fugaz xDDDDDDDD, y acho, con respecto a la basura, tienes más razón que un santo . Te seguiré leyendo ·_·U

Un saludito desde aquí al lado,
EU

 
At 12:32 p. m., Blogger Don Guri said...

Encantado de conocerte, Euterpe (^^)/

Asi que tambien has leido la estadistica de Mauro? A mi tambien me sobran decimales. Eso quiere decir que hay alguien por ahi llevando varios blogs a la vez.

A ver si pongo algun otro mecha, pero dan tanta lata dibujarlos...

 

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