Rogamos disculpen esta interrupción...

Como los más perspicaces se habrán perspiceado (sí, me he inventado el verbo, qué pasa), hace un porrón de tiempo que no escribo. Disculpas por esta desaparición repentina.

Una teoría apunta a que me he quedado sin cosas que decir. Eso es del todo imposible, ya que para escribir el blog uso una técnica que me asegura que nunca me quedaré sin temas: se trata de usar siempre el mismo post, pero reordenando las letras. A veces las repito un poco y otras veces quito algunas, para ir variando la longitud de cada entrada. Si os fijáis bien, todos los posts están generados a partir del primero. ¿A que no os habíais dado cuenta?

Otra teoría es que fui abducido por unos ornitorrincos mutantes de Ganimedes y sometido a toda clase de pruebas y humillantes experimentos proctológicos, de los cuales conseguí escapar sólo gracias a una combinación de heroísmo y el descuido de mis captores, cuando miraban la Eurocopa. Esta teoría es la que más se acerca a la verdad, quizás con la salvedad de que no eran de Ganimedes, sino de Calixto.

Y luego está la de que finalmente la mafia localizó mi paradero. Rumores infundados. Siempre borro cuidadosamente mi rastro.

Pero en fin, ya que aquí estamos en confianza y todo lo que escriba no saldrá de internet, os puedo contar la verdad verdadera: si ya de por sí suelo andar bastante liado, hace unas semanas me metí en un fregado que me supera un poco. Actuar y abrir la boca antes de pensar, es lo que tiene. Esto se me come más el tiempo libre, y el poco que me queda, pues no está uno para escribir mucho.
Eso sí, se trata de un asunto benéfico, por lo que entra dentro de la categoría de excusas válidas para tomarse unas vacaciones bloguísticas forzadas.

Volveré en mayo, si los hados así lo disponen.

¡Sed buenos!
... O sed lo menos malos que os permitan las circunstancias ;)