sábado, febrero 28, 2009

Fotografía nocturna

Don Guri, tío, peaso vago.

Oye, estaba mirando el blog de un colega y he visto que había colgado algunas fotografías nocturnas. No las reproduzco aquí para que no me venga con rollos de derechos de autor y que si le tengo que pagar nosécuánto y entregarle a mi primogénito. Pero ya sabes, fotos de este estilo:


¿Cómo se las apañaba la gente antes de existir el buscador de imágenes del Google?

Me molan las fotos nocturnas. Yo también querría sacar algunas. Sé que tú, en tus tiempos, le dabas a la cámara. A ver si me das algunos consejos, mamón.

Don Guri


Saludos, Don Guri.
O te llamas como yo, o tengo un caso de doble personalidad (creo que es esto último).

Bueno, lo de hacer fotos por la noche no es tan complicado. La única pega es que tienes que usar una exposición larga para que la cámara pueda captar la suficiente luz. Esto hace que sostener la cámara con las manos sea prácticamente imposible, ya que la foto siempre te saldrá movida.
Entonces, estas son algunas soluciones:

- Usa un trípode. Es la opción de los profesionales. La desventaja es que tienes que ir cargado con él. Abrirlo. Manipularlo... En una palabra: es un coñazo. Tiene la ventaja de que, aparte de para hacer las fotos, también te sirve para defenderte si te sale algún mangante: le golpeas con el trípode, y cuando esté en el suelo se lo metes por el recto (o ano) con las patas por delante, se lo abres dentro y luego le pegas fuego. Esto puede parecer ultraviolencia gratuita, pero recuerda que él intentó agredirte primero.


A un trípode se le pueden dar más de mil usos alternativos. El límite está en tu imaginación (aunque si yo tuviera esa imaginación, me pondría en tratamiento, so pervertido)

- Apoya la cámara en algún sitio. Una cornisa, un buzón, una papelera... Tiene la ventaja de que no necesitas acarrear equipo adicional. La desventaja es que no puedes hacer el encuadre que quisieras, ya que dependes de los elementos del terreno. En caso de que no encuentres ningún soporte adecuado, puedes apoyarla en tu pene (por eso el “pene” se llama también “polla”). Si tu pene no está lo suficientemente desarrollado, o tu erección no es todo lo sólida que haría falta para sostener la cámara, o eres mujer, puedes plantearte pedirle ayuda a algún transeúnte que pase por allí. Yo no dejaría que el pene de un desconocido tocase mi cámara, claro. Pero eso depende de cada uno.

- Usa tus poderes jedi para hacer levitar la cámara sin tocarla. Es un método limpio y práctico. El único inconveniente es que propicia caer en el Lado Oscuro: cuantas más fotos tomes con este método, mayor el riesgo de que tu espíritu y tu moral se pasen al Reverso Tenebroso. El destino final, peor que la muerte, es verte convertido en el paparazzi oficial de la Duquesa de Alba.

No puedo evitarlo. La cara de esta pseudomujer me da miedo. Mucho miedo. Inicluso así de pixelizada, tengo que evitar mirarla muy directamente.

- Conecta el temporizador de la cámara y lánzala al aire en una parábola que habrás calculado para que en el punto más alto (en el cual, durante un brevísimo instante la cámara estará estacionaria), el encuadre sea el que deseas, y se dispare la foto. Claro, que si eres capaz de hacer algo así es porque eres un puto genio superdotado y no estarías preguntando lo que has preguntado.

- Piratea la foto, y di que la has hecho tú. El número de gente con cámaras de fotos aumenta sin cesar, pero la superficie de la Tierra permanece constante. Esto implica que ya se haya fotografiado hasta el último rincón del mundo. ¿Para qué molestarte en hacer tú la foto, si seguramente otro ya la haya hecho antes que tú? Busca en internet, que seguro que está. Pásale un filtro de Photoshop para personalizarla, y presume de tu técnica.

- Y si todo lo anterior falla, haz como yo cuando me entran ganas de ponerme a escribir este blog: siéntate y espérate a que se te pasen. Garantizado.

Don Guri

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