miércoles, octubre 25, 2006

Yogur mortal

En Japón, el servicio en las tiendas suele ser bastante bueno.
Dicho de otra forma: mientras en España a veces parece que en las cajas de supermercados, bancos y ventanillas de administración compiten por ver quién consigue hacer la cola de clientes más larga, en Japón hay dependientes que son capaces de pegarse una carrera de tres metros para atender rápidamente una caja en la que hay un cliente esperando.

Claro, que esto de las colas de clientes no siempre hay que achacárselo a los sufridos trabajadores que están en la caja. El otro día, entré en una tienda de 24 horas para comprar un helado.

Cuando entras en una tienda, nunca sabes lo que te espera dentro...

Quiso el azar (y que era una hora de pocos clientes) que en ese momento, de las dos dependientas de la tienda, una estuviera reponiendo material mientras la otra cobraba.
Y quiso el azar (y nada más que el p*to azar) que, cuando trinqué el helado y me dirigí a la caja, una venerable anciana me ganara por una décima de segundo y pusiera su cesta para que le cobraran.
Sólo llevaba un par de cosas, así que en principio no había motivo de preocupación.

Pero Dios es cruel y juega con nuestras esperanzas. La anciana le pregunta a la cajera:

Anciana: Estoy buscando un yogur con plátano de la marca Patatín, que tiene un noséqué de máspallá.
Cajera: Ahí están los yogures, señora. Justo a la izquierda de la caja.
Anciana: Sí.... Pero, es que no lo encuentro.
Cajera: Un momento...

La cajera, en su esfuerzo por brindar buena atención al cliente, da una carrera de metro y medio hasta los yogures. Mientras, detrás de mí ya hay otra persona esperando. La cajera busca el yogur un poco nerviosa. Yo empiezo a intuir cómo se va a desarrollar la historia, y agarro el helado por un filillo para que el calor de mi mano no lo derrita.

Cajera: Pues no lo veo, señora.
Anciana: Eeeh...

Otro cliente más en la cola. La anciana habla y se mueve a cámara lenta. La dependienta pide ayuda a su compañera, que deja de reponer y da una carrera de cinco metros hasta los yogures.

Reponedora: Dime.
Cajera: Mira, esta señora, que está buscando un yogur...
Anciana: Es un yogur con plátano de la marca Patatín con un noséqué de máspallá

La reponedora recorre los yogures con la vista. Mientras, la cajera no puede seguir atendiendo, porque tiene la cuenta de la anciana sin cerrar. Los clientes se acumulan. Puedo imaginar mi helado fundiéndose dentro de su envase.

Reponedora: Mire usted, señora. De ese yogur, no hay.
Anciana: ¿No hay?
Reponedora: No.

En un mundo lógico y normal, eso habría sido el final. Pero no para la viej... digo, anciana. Su réplica fue prodigiosa.

Anciana: Pues antes había.

)(@o@)(

¡Diga que sí, señora! Y antes también había dinosaurios. Pero se extinguieron hace millones de años. Seguramente muertos de inanición en la cola de otro súper, esperando detrás de una antepasada suya.

¿Qué respuesta es buena – y a la vez respetuosa con el cliente - para semejante argumento?

No sé cómo terminó el asunto. La reponedora dejó a la anciana con la cajera que la había atendido al principio, mientras ella daba una carrera de dos metros y medio hasta la otra caja para atender a la cola de clientes que se había formado.
Salí de allí y me comí el helado por el camino. Pensaba en la valiosa lección que había aprendido. Cuando algún dependiente me diga alguna vez que no le queda de algo, le diré que antes sí había, y con eso haré trizas su lógica y su espíritu.

Pero me preocupa una cosa.
Al ser una tienda de 24 horas, no cierra nunca. Ergo, posiblemente la pobre cajera aún esté allí, atendiendo a la señora. Buscando el yogur con plátano que una vez hubo...

(Para saber más sobre el mundo de las cajeras de supermercado, puedes visitar el blog de Lorzagirl)

Yogures: ya no saben qué sabores sacar.

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domingo, octubre 22, 2006

Envidia

Queridos lectores, ya sabemos todos que la envidia es una cosa muy mala. Incluso es un pecado capital. Es tan, tan mala, que sólo por contener las mismas letras pero en otra posición, la endivia es así de amarga.

Pero reconozcámoslo: los pecados nos proporcionan cierto gustito, un oscuro placer oculto, prohibido y pecaminoso (uy, esto ha quedado redundante). Así, no es de extrañar que haya individuos que disfruten con ello.

Repite conmigo: “pinchando en la imagen, se hace grande. Pinchando en la imagen, se hace grande...”

Claro que, como en todo, los hay que tienen maña, y los hay que...

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jueves, octubre 19, 2006

Aprender japonés: “¿Por qué aprendes japonés?” (2)

Prosigo aquí con el post anterior, analizando algunas de las razones que da la gente cuando le preguntan por qué aprenden japonés. Obviamente no es una lista exhaustiva, pero son las más comunes que he venido oyendo.
Nota: Para el análisis de las posibles intenciones masoquistas del sujeto en cuestión, recomiendo el comentario que dejó El Cuarto Ángel en el post anterior. Muy bueno. (^-^)b

1. Ni yo estoy seguro, pero me gusta destacar y hacer cosas que los demás no hacen.
Socialmente: En esta sociedad, ser sincero no está bien visto.
Ventajas: Paz interior, al ser consecuente contigo mismo.
Desventajas: Estás reconociendo que eres un sociópata. Posible respuesta: “pues cómete esa caca de perro. Nadie más lo hace”.

2. Soy un fanático del manga. No puedo vivir sin leer las aventuras del Goku en su idioma original.
Socialmente: Fatal.
Ventajas: Después de esto, no tendrás que disimular el peazo otaku que eres. Y como en el fondo es algo inofensivo, se te permitirán pequeñas excentricidades como llevar camisetas con personajes de manga o cantar canciones de anime en los karaokes. Puedes vivir tu afición sin barreras.
Desventajas: La gente te mirará como el otaku que eres. Olvídate de obtener puestos de responsabilidad. Con la edad, se va haciendo más difícil que te acepten.

3. Me apasionan las artes marciales.
Socialmente: Pasable.
Ventajas: Los deportes se consideran algo interesante, sano y normal. No se meterán contigo porque temerán que les apliques una llave mortal.
Desventajas: En su interior, la gente te imaginará como un Bruce Lee vestido con pijama blanco y dando gritos y saltos. ¡Kya!

4. Me atraen las japonesas / los japoneses.
Socialmente: Mala, mala (al menos, fuera de tu círculo de amigos que ya saben que eres un salido).
Ventajas: La sinceridad es una virtud (dicen).
Desventajas: Imagen nada respetable. Complicado de decir a tu tierna abuelita de cabellos plateados. Impracticable, si ya tienes pareja.

5. Voy a vivir en Japón.
Socialmente: Aceptable.
Ventajas: Nada que objetar. Si vas a vivir en Japonlandia, lo insensato sería no aprender el idioma.
Desventajas: La pregunta se traslada a “¿Y qué se te ha perdido por allí?”

6. Mi pareja es japonesa.
Socialmente: Parece buena, pero no lo es.
Ventajas: Suena razonable. El informar de camino que tu pareja es extranjera te da un aire cosmopolita. Los demás pueden imaginar que tu vida sexual es más exótica que la suya.
Desventajas: Si vives en tu país, la gente pensará que estás haciendo el primo porque es tu pareja quien debería aprender español. Los que tienen experiencia saben que para tener un ligue extranjero no hacen falta idiomas.

7. Me interesa el idioma en sí.
Socialmente: Arriesgada.
Ventajas: Las lenguas son cultura, y la gente respeta la cultura. Así que, al menos en la cara, te respetarán.
Desventajas: Por dentro pensarán que a cada loco le da por una cosa. Hay miles de manifestaciones culturales por las que interesarse y que son más normales. Por ejemplo, el fútbol... o el fútbol

8. Me interesa la cultura japonesa.
Socialmente: Resultona.
Ventajas: Te proporciona un aire erudito, pues la cultura japonesa está más valorada que otras como la astrohúngara, la batusi o la de aquel pueblo africano en cuyo idioma hay ese fonema que suena como un “click”.
Desventajas: Se espera de ti que lo demuestres de alguna manera. Limitarte a ponerte morado de sushi cuando vas al restaurante japonés, no cuenta.

9. Japón es el líder en tecnología, y quiero estar en la vanguardia.
Socialmente: Muy buena.
Ventajas: Impresión de ser inteligente y estar a la última. Aura de gurú tecnológico.
Desventajas: No funciona con los que te conocen y saben que aún ignoras para qué sirven la mitad de los botones del mando a distancia. Los que no te conocen y se lo creen, en seguida acudirán a ti para pedirte consejos sobre cómo instalar un programa en su ordenador, y entonces descubrirán tu farsa. Si de verdad entiendes, tendrás que instalarles el programa.

10. El japonés es el idioma ideal para la Inteligencia Artificial, y deseo profundizar en ese campo.
Socialmente: Cojonuda. La mejor que he oído.
Ventajas: Quedas como Dios. Al ser la IA algo menos tangible que la tecnología, es casi imposible pillarte.
Desventajas: Como te encuentres con alguien que sepa de verdad del tema, la has cagado. Si usas el idioma para cosas mundanas como leer manga o ligarte a una japonesa, se te verá el plumero. Posibles chistes sobre tu inteligencia y la necesidad de ampliarla artificialmente.

11. Empecé por curiosidad.
Socialmente: ¿Eso es una razón para meterse en semejante follón?
Ventajas: Es mi razón, pero aún estoy buscando alguna ventaja.
Desventajas: La curiosidad mató al gato. Mi vecino nunca me lo perdonará, con lo que quería a su Mifi...

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miércoles, octubre 11, 2006

Aprender japonés: “¿Por qué aprendes japonés?” (1)

Esta es LA PREGUNTA, amigos. A todo aquel que haya estudiado, esté estudiando o vaya a estudiar japonés se la habrán hecho o se la harán.
¿Y por qué no? Ciertamente, uno no se levanta un buen día y dice “Vaya, hoy refresca. Y ya que estamos, voy a dedicar una parte de mi vida a estudiar japonés”.

No. Los humanos hacemos las cosas porque tenemos un MOTIVO. ¿Cuál? Allá cada uno con el suyo. Ciertamente no es de la incumbencia de nadie. Pero, mientras que uno no necesita mucha justificación para proclamar que le gusta la playa, la pizza de anchoas o el Real Madrid (bueno, aquí quizás sí necesita un poco de justificación), cuando la gente se entera de que aprendes un idioma cuyos periódicos son así:

Pincha y amplía la imagen si te atreves.

...pues va y te pregunta.
No nos engañemos: en su interior está pensandoJaponés. Anda por lo que le ha dado a este. Un idioma del que ni siquiera hay Curso en Fascículos Planeta-DeAgostini. Sin duda, está pirao. Debo conocer qué tipo de chifladura tiene”.

He aquí el dilema moral: ¿Debemos responder a un individuo que piensa eso de nosotros? ¿No se merece más bien que lo cubramos de alquitrán, lo emplumemos y lo arrojemos por la ladera del monte Fuji?
Obviamente, la respuesta correcta es la segunda. Pero llevarla a la práctica perturbaría en cierto modo el orden social en el que vivimos; resulta algo trabajosa (no todos tenemos un saco de plumas a mano, por no hablar del alquitrán fundido); y también es perjudicial para el medio ambiente: el pie del Fuji se llenaría de preguntones alquitranados y emplumados.

Entonces, ¿qué hacemos? Pues contestamos. Dependiendo de quién nos pregunte y cómo nos coja el día, decimos la verdad, algo aproximado a la verdad, o cualquier cosa excepto la verdad.

En mis largos años y largos meses de experiencia, he escuchado muchas respuestas a LA PREGUNTA. En el próximo post va una lista de las más comunes con su correspondiente análisis choricil.

Si se te ha olvidado por qué empezaste a estudiar japonés, quizás te encuentres a ti mismo ahí.

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jueves, octubre 05, 2006

Va de presentaciones

¿Cómo? ¿Que aún no sabes que pulsando se hace más grande?

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martes, octubre 03, 2006

¡A la basura! (7): Posdata

Se me olvidaba...
Este es el cartel que hay en cada punto de recogida, donde se resume todo lo expuesto para las basuras normales (combustible, no combustible, reciclable, grande):

Queréis tirar la basura, pero tirar la basura cuesta, y aquí es donde vais a empezar a pagar.

Sí, ya sé que quizás debería haber empezado poniendo esta imagen, en vez de dejarla para el final. Pero a lo hecho...
Que no se os pase por alto este detalle:

“Hay que tirar la basura antes de las 8:00 de la mañana”.

Afortunadamente, en mi barrio esta norma no se sigue muy a rajatabla. Pero hay sitios donde le ponen un candado al lugar de recogida que sólo abren de madrugada, y tienes que levantarte con el gallo quieras o no quieras.

Y la guinda del pastel. La normativa DEFINITIVA sobre la basura. Atención...

“Pues así a primera vista como que no lo veo muy claro...”

Traducción pachanguera: si te llevas la basura de reciclar, eso es un delito y te pueden multar hasta con 200.000 yenes (1.350 euros). Me pregunto, ¿si te llevas tu propia basura que has tirado antes tú mismo, también?

No queda lejos el día en que podamos ver escenas como esta:

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